La dicotomía fundamental entre el mayor y menor conocimiento parece conducir a una regresion infinito. Si el superior conocimiento es conocer al conocedor, entonces ¿quién es el que conoce al conocedor? ¿No es el conocedor del conocedor? Pero entonces lo real conocimiento sería conocer este conocedor segundo y así sucesivamente hasta el infinito. No es así, dice el Vedanta. Para conocer el conocedor no es el conocer un objeto. El conocedor del campo nunca puede ser un objeto, porque él es el sujeto último. ¿Cómo puede entonces ser conocido? Hemos vuelto a la pregunta clave con la que empezamos.
La naturaleza del conocimiento
El conocimiento superior, o conocimiento de sí mismo, no es un caso de toma de conciencia de un objeto, como sucede con el conocimiento empírico y también con el conocimiento a priori o analítica. Para conocer al conocedor es darse cuenta de que uno es el que conoce, de decir ‘yo sé’ con plena conciencia de que esto no es un acto de reconocimiento de algo externo a uno mismo, sino simplemente la condición de la realización de uno mismo como actor del conocimiento. El conocimiento se dice que es de la naturaleza del ser. A medida que el dice: » El conocedor de la función de saber que nunca se puede perder. (Brihad, IV iii 30). No tiene que ser un objeto de saber. Este auto-conocimiento ha sido comparado con la luz, presente en el universo, pero sin objetos a iluminar. Tal luz sería invisible, pero existiría la forma más completa cuando se «ve» en la forma de los objetos iluminados.
Incluso los cuatro Veda están dentro del campo de conocimiento inferior. El confirma que el Veda es de la más alta autoridad, y sin embargo, al mismo tiempo, afirma que simplemente conoce el Veda no es realmente saber.