Para dar sentido a nuestras vidas tenemos que aprovechar al máximo las oportunidades que se nos presentan. Tenemos que recordar que todo en la vida es una oportunidad para que nuestra conciencia pueda desarrollarse. No debemos desaprovechar esas oportunidades o perder nuestras vidas en actividades sin sentido o ponerse demasiado atrapadas en la emocionalidad de la vida. La vida es una larga serie de momentos presentes que sólo se puede experimentar en el «ahora». Así que no pierdas tus momentos presentes sufriendo por instantes pasados o preocupándose por lo que pueda experimentar en momentos futuros.
La vida es cíclica por naturaleza y tiene mucha repetición, pero los seres humanos son aprendices generalmente lentos. Podemos encarnar en forma humana de cien mil veces pero no hay dos vidas serán lo mismo, cada uno de ellos (con suerte) una ligera mejora en el pasado, sobre la base de las lecciones aprendidas con anterioridad. Lo mismo se aplica a toda la existencia, cada manifestación es un poco más ordenada y menos caótica que la que le precedió. El objetivo final de la existencia es la omnisciencia, la omnipotencia y la liberación de todos los seres. Como siempre, hay quienes por delante de la corriente, y los que van con la corriente y los que se quedan atrás. Ninguno de estos caminos es mejor o peor que los demás, porque todos los caminos conducen a la misma meta y todos eventualmente logran ese objetivo.