Los egipcios, al igual que muchos otros países del Este, que se creen que ciertas enfermedades pueden ser curadas por ciertos medicamentos puros y simples, pero que otros necesitan no sólo las drogas, sino el recital de palabras para poder llevar a cabo su curación.
Hay buenas razones para pensar que algunas enfermedades se atribuyen a la acción de los espíritus o demonios malignos, que tenían el poder de entrar en los cuerpos humanos y a disgusto en proporción a su naturaleza maligna y la influencia, pero los textos no se proporciona mucha información sobre el tema. Dicho sea de paso, sin embargo, tenemos una prueba interesante que los pueblos extranjeros creían que los egipcios eran capaces de curar las enfermedades causadas por la posesión demoníaca, y el ejercicio de su poder con motivo descrito se consideró tan notable que la narrativa de la que se inscribe en una estela y la configuración en el templo del dios Khonsu en Tebas, de modo que todos los hombres puedan leer y conocer lo que es una maravillosa cura para sus sacerdotes que habían efectuado.
Parece que el rey Ramsés II. estaba en Mesopotamia «, según su costumbre, año tras año,» y todos los jefes de la ronda de los países acerca vinieron a presentar sus respetos a él, y que buscaban obtener su fondo de comercio y protección, probablemente incluso una alianza, trayendo con él regalos de oro y lapislázuli de turquesa, y de todo tipo de cosas valiosas que produce la tierra, y cada uno trató de superar a su vecino por la suntuosidad de sus dones. Entre otras cosas, llegó el Príncipe de Bekhten, ya la cabeza de todas las ofrendas presentó a su majestad puso a su hija mayor, que era muy hermosa. Cuando el rey la vio, ella era la chica más hermosa que había visto en su vida y pensó, y se le otorgó el título de «esposa real, señora presidente, Ra-Neferu» ( es decir , «las bellezas de Ra», el dios-Sol ), y se la llevó a Egipto, y cuando llegaron a ese país el rey se casó con ella.